[Bestiario.com] Letras enrededadas. Nudos de la literatura entre la red y el papel

HACERSE EL SUECO. Termino de leer una novela-río de Selma Lagerlöf recién reeditada: Jerusalén. Selma Ottiliana Lovisa Lagerlöf fue la primera mujer en conseguir el Premio Nobel de Literatura, y con ese nombre no es extraño que se lo dieran.

Las novelas-río (no novelas-ríos) tienen una ventaja y un inconveniente. La ventaja: si son buenas, al ser largas, alargan el placer de la lectura. El inconveniente: si son malas, por ser largas, piden a gritos que se abandone su lectura. En este caso, yo creía que era mala, pero como la he acabado, tengo que concluir que algo tiene. Tiene lo raro del argumento: el nacimiento de una secta en un rincón apartado de Suecia y su traslado en masa a Jerusalén. La ruptura de los lazos familiares crea un sinfín de conflictos a un lado y otro, y eso siempre es interesante. Y tiene también la parquedad del campesino sueco, que parece que ni siente ni padece (y es mentira) y de ahí lo de hacerse el sueco.

Selma Ottiliana Lovisa Lagerlöf se merece una segunda oportunidad después de un siglo. Como la pantera negra.

[2] No. La cabezonería no es mi fuerte. Lo de la pantera no es cabezonería, sino un problema real sobre el que, desgraciadamente, tendremos que volver una y otra vez. Como los ripios (muy buenos, por cierto, los de Agusto Dolfo: un auténtico profesional que podría abrir un blog ya mismo).

[3] Cómo como. Gracias, Peter, pero los ripios no son míos, me limito a recopilarlos y difundirlos con la esperanza de un mundo mejor y un poco más salado. Dos de ellos son obra del profesor Cansado. Te urjo -¿"hurgo"?- a buscar el libro "Cómo acabar con los libros de cómo", de ese mismo autor, con capítulos tan emocionantes como "Cómo bucear sin una verdadera necesidad". Bueno, no lo busques, que es difícil encontrarlo. Te lo prestaré.

No puedo abrir un blog, porque me hace falta mucho tiempo para leer los ajenos. Es que tengo un montón de amigos intelectuales -locales y transoceanizados-, cada uno con su blog. Y por otra parte una cuadrilla -local local- en la que nadie sabe qué es un blog. Y ya es bastante por ahora.

Ni siquera me da tiempo a buscar esos libros raros que mencionas. Con la sueca no pienso ni intentarlo, pero vamos, seguiré con la oreja levantada.