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PATINANDO EL BRONCE. No hay noticias de la pantera, pero sí del Tigre. Su escultor, Joaquín Lucarini, ya tiene otra escultura en Bilbao, justo debajo del Tigre, en los jardines de Botica Vieja. Se trata de un niño con unas frutas, bautizado como "Verano", y está esculpido en bronce patinado.
Todo coincide: es verano, hay gente patinando, hay un banco junto a la escultura, me siento a leer un libro. Si miro hacia el cielo, veo las fauces del tigre. El pobre niño en bronce patinado que no puede patinar está indefenso a mi lado. No puedo dejarle solo. Por suerte, el libro es gordo, una historia de godos gordos en la Asturias del siglo VI. Me sobresalto cuando salen en la novela Las Médulas y sus minas de oro, pero no aparece por ningún lado cierta vespa.
Aguanto una hora, dos. El tigre no se mueve. El niño está tranquilo. Me digo que no soy yo el responsable si se produce un ataque y pienso también que, si se produce, será de noche, y no voy a estar ahí en el banco con una manta y un Don Simón.
Qué poco duran los buenos propósitos.
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Publicado el viernes, 11 de agosto de 2006, a las 9 horas y 46 minutos
[1] Lucarini, Lucarini.... Ahora seguro que empiezan a aparecer niños patinando y comiendo fruta en los bosques de Górliz. Lo más peligroso es que en este caso nadie se extrañará. Hasta que uno de esos niños arranque un brazo a alguien de un mordisco. "El chaval emitía un brillo diabólico, como de bronce", dirán los acompañantes de la víctima.
Deberías quedarte en ese banco, Peter, y vigilar al niño. Tus lectores pondremos un bote para comprarte libros gordos, mantas y donsimones. Iremos a visitarte. Espantaremos a los guiris que se acerquen a sacarte fotos.
[2] Versiones. Ya es hora de escribir la versión bilbaína de "Lobo hombre en París", el cuento de Boris Vian que cantaba La Unión.
Y sí, ya sé que algunos no lo habrán leído o escuchado, pero hoy tengo un día gaseoso, me elevo, en tono elitista y todo eso...
En vez de Lobo, una pantera bondadosa; escenarios bilbaínos, con puente "colgante" y todo. El argumento, más o menos igual. (Me encantaría que el gendarme del final del cuento fuera un ertzaina).
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Eresfea | 11/8/2006 19:10
[3] WILLIAM PENN. Oye Peter, aquí en Phillie es la escultura de este señor el que vigila todo y a todas horas
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EL ZORRO | 12/8/2006 03:04
[4] A ese libro no me apunto.... Por cierto, gracias por la recomendación del de Muriel Spark. Escribe muy bien, intentaré leer algo más de ella.
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