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AMANITA PANTHERINA. Entre las setas mortales (pocas, pero eficaces) figura esta amanita denominada "pantherina". Ojo: no porque la coma la pantera (que no es tonta), sino por su color-pantera. La puedes encontrar en pinares y no debes confundirla con la comestible amanita rubescens. Yo, por si acaso, para no confundirlas, no me como la amanita rubescens (ni la pantherina, claro) y problema resuelto.
¿Que a qué viene esto? La investigación sobre la pantera debe ser retomada. Cualquier pista es importante. Hace un año ya que se la vio por Górliz (un gato grande, unos ojos asesinos) y la policía ha perdido todas las pistas. ¿Pudo alguien ocnfundir la pantera con la amanita pantherina? Ahora, con la coordinación en un solo mando de guardia civil y policía, la investigación va a ser más fácil. No porque yo sea guardia civil ni policía ni coordine nada, sino porque me da que va a ser así. Una corazonada. Un golpe de aerofagia y de colon.
Y si no, al tiempo.
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Publicado el martes, 12 de septiembre de 2006, a las 8 horas y 08 minutos
[1] Nunca jamás pensé que tendría un bicho en casa -aparte de cucarachas, piojos, ácaros, arándanos, colipoterras, pterodáctilos y esas cosas- y resulta que ya tengo dos gatos. Uno nos lo regalaron. El otro cabía en la palma de la mano cuando hace 20 días lo encontré tirado en un charco, en pleno carril central de la calle Miracruz, entre ruedas de autobuses que le pasaban por encima (lo salvé y ahora, lógicamente, se llama Moisés). Me doy cuenta de que me estoy felinizando. Me miro las uñas de los pies y confirmo la impresión. Se me ocurre dar una seta de esas a uno de los gatos, creo que se panterizará. Informaré.
[2] ¿Ander Cristo?. Ya te veo grutando ¡bai blas! a esos ligres, no me creo que sean gatos.
Peter, en la distancia, hasta las pantherinas me dan envidia...
Comentado por
Eresfea | 13/9/2006 13:18
[3] Yo poesía un gato... (...y se escapó el muy perro).
Unas pocas horas después de escribir ese comentario sobre nuestros gatos, me entero de que el primero de ellos, Kokolo, se ha escapado de casa. No creo que acierte a volver. Es una siamesa muy doméstica, sin uñas en las patas delanteras, así que lo tiene bastante crudo por ahí fuera. Me la imagino vagando por la calle, perdida y asustada, y me entra una pena terrible. En fin: suerte, Kokolo.
[4] Qué tensión. Supongo que nadie habrá perdido el sueño por el asunto, pero comunico la buena nueva: 22 horas después, Kokolo ha aparecido, perdida en el barrio, atemorizada. Ha celebrado el regreso a casa con una larga y gozosa meada.
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