[Bestiario.com] Letras enrededadas. Nudos de la literatura entre la red y el papel

HUMOR FUTURO. Leo a Lois McMaster Bujold, una de las más destacadas escritoras de ciencia-ficción. Leo, por ejemplo, Cetaganda, y luego El juego de los Vor, y todavía que quedan otras cinco o seis novelas más.

No es una ciencia-ficción ingenieril o artefactueña (el corrector me dice que la palabra no existe, pero claro que existe), sino aventurera y detectivesca. Su protagonista, un listísimo medio enano hecho polvo tiene un sentido del humor galáctico y se disfruta de lo lindo siguiendo sus peripecias y leyendo sus comentarios a media voz.

Me voy convenciendo que buena parte de la buena literatura de hoy está en este género. Y lo voy a practicar. Webó será mi héroe interestelar.

[1] Tuve un empacho de ciencia-ficción entre los 14 y los 17. Leí toneladas: mucha basura y algunas joyas. Ahora me da un poco de miedo releer aquellos libros (sólo he releído a Philip K. Dick y Stanislaw Lem, qué grandes; me da cosa releer a Asimov o Clarke). Llevo años desenganchado de ese género, de los nuevos autores, pero tú me picas la curiosidad. Echaré algún vistazo. Me hablan de un tal Pedrojota nosequé.

Ayer, en TVE, dieron el primer golazo de Osasuna y escribieron en pantalla "Vuebó". Primero creí que era un error, después pensé que sería una forma de tratamiento: Vuecencia Webó.

[2] No sólo actual. También recorriendo el siglo XX.
Dos ejemplos. Uno de risa: Marciano vete a casa, de Brown. Otro de no risa: Nosotros, de Zamiatin.

[3] Oz casi que pasa. Ahora que está con el hijo listo pero deforme ya resultan todas más o menos iguales. Era mejor la serie al principio, cuando el papi y la mami se conocen y arreglan la galaxia, ahora son aventurillas del niño listo, y parecen todas cortadas por el mismo patrón. En el mismo estilo casi prefiero la saga de los Dorsai, de Gordon R. Dickson, es más entretenida y hay más palos.