EL CRÍTICO CÍTRICO. Para acabar con la serie Poesía y Plagios, nada mejor que dedicar el día de hoy al "Epitafio de un crítico temido", demoledor soneto del gran
Enrique Badosa:
Aspirante a poeta, no le quiso
ni una Musa trivial poco agraciada,
y aquí arrojó su lira descordada
con la que ni llegó a ser poetiso.
Por no haber alcanzado lo preciso
de fama popular y laureada,
se dedicó una gloria moderada,
crítico terrorista de improviso.
Con cualquiera ejerció sus malos modos,
su siempre injusta prosa de combate
blandió para acabar con todo vate.
Su epitafio lo hacemos entre todos:
Rogad que duerma en paz su mala muerte,
pero quedo, no sea que despierte.