VUELVE HOLMES. La tribu de los holmesianos está extendida por medio mundo y aquí, en España, tenemos dos excelentes cultivadores de lo que ya es un género dentro de la novela de detectives. Se trata de Rafael Marín (leer
Elemental, querido Chaplin) y de
Rodolfo Martínez, que acaba de publicar
Sherlock Holmes y las huellas del poeta.
Lo sorprendente de esta novela es que su escenario es la Guerra Civil Española. Allí, fuerzas malignas intentan apoderarse del Necronomicon, un grimorio capaz de hacer volver a las fuerzas ancestrales de la tierra. El escéptico Holmes luchará contra su razón práctica para intentar parar algo que no tiene ni pies ni cabeza. El Alcázar, el Valle de los Caídos, Serrano Suñer y Lovecraft forman parte de este puzzle fantástico (en el doble sentido de la palabra).
Será bueno leer, amigos. La portada de
Alberto Cairo ayuda a hacerse con la novela.