[Bestiario.com] Letras enrededadas. Nudos de la literatura entre la red y el papel

EL GOLPE. En Pamplona, vivía en un primer piso justo encima de un banco. Un sueño recurrente consistía en horadar el suelo y mangar la caja fuerte, que luego dinamitaba en un lugar escondido de la Cuenca. Con la pasta, me iba a Cuenca. Así las cosas, cambié de casa.

En Bilbao, tras una temporada viviendo en un tercero, he vuelto a un primero. Y debajo vuelvo a tener un banco. El Banco Adelante, me parece que se llama. El sueño recurrente ha vuelto. Horado el suelo, subo la caja fuerte, la exploto en algún rincón escondido del Pagasarri, cojo la pasta y la reparto entre los pobres.

La cosa ha mejorado algo, así que no me cambiaré de casa. Busco compañeros para diseñar el plan.

[1] ¿Quedamos a las 3?. Yo lo vería más como Atraco a las 3, que El golpe, pero vale, Robin Hood. Si te ayuda la cobertura aérea, pongo a tu disposición el helicóptero.

[2] ¿Quedamos a las 3?. Yo lo vería más como Atraco a las 3, que El golpe, pero vale, Robin Hood. Si te ayuda la cobertura aérea, pongo a tu disposición el helicóptero.

[3] Padelante. Ellos son atracadores más sutiles. El año pasado, por primera vez, las comisiones cobradas por los bancos sumaron más dinero que el que gastan en pagar a sus empleados. Juegan a la chica y ganan: por cobrar un cheque, dos euros; por madnar un aviso, tres con cuarenta; por pisar fuerte las baldosas, cero cincuenta.

Así que padelante con el plan. Mapunto. Le veo una ventaja: mientras lo preparamos, podremos pronunciar verbos como horadar. Y si no es mucho pedir, a mí me gustaría que dijéramos constantemente pergeñar.

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