[Bestiario.com] Letras enrededadas. Nudos de la literatura entre la red y el papel

COSECHA. Desde hace unos pocos años, miles de bilbainos salen en otoño al monte en busca de setas. Yo también lo hago. El sábado, el puerto de Altube estaba como la Gran Vía. Había que abrirse el paso a codazos. Las cestas de los excursionistas te golpeaban las espinillas para impedirte atrapar ese hongo que otros tres seteros habían visto también.

Fue una batalla sin cuartel. Hasta niños de pecho husmeaban entre los helechos (y ellos ven más, porque están más cerca del suelo).

Así y todo, cobramos dos piezas. En la foto, a la izquierda, un buen ejemplar de Boletus aereus. A la derecha, un magnífico huevo de Amanita caesarea. Por la noche, hicimos cocinitas y nos los zampamos. Envidia, ¿eh?, la de esos seteros de ultramar...

[1] Buen provecho. Me he hecho un lío con los nombres de las piezas cobradas. ¿Cuál es la de la izquierda y cuál la de la derecha? Un bonito detalle fotográfico el de la cajetilla. Puede servir de idea para una campaña antitabaco o algo así :-)

También en Navarra se veía mucho buscasetas, y algún que otro robasetas guipuzcoano ;-)

Para completar la crónica te falta un dato: el número de atendidos por intoxicaciones en los servicios de urgencia de los hospitales. Es lo que tiene la micología :-)

[2] La cajetilla. Lo de la cajetilla está tomado del Diario de Navarra: un buen truco, aunque ahora no sea políticamente correcto, para adivinar el tamaño de las piezas.
Ya está subsanado lo de las izquierdas...

[3] eresfea. Dolor y emoción contratadas.

Desde Montevideo hace unos días que miro la luna creciente y pienso en las lluvias de otoño. Aquí se pudren algunos níscalos de primavera y crecen setillas de cuarta en los tocones de los árboles podridos.
A cambio está la alegría loca de los pájaros que te despiertan a las cinco de la mañana. Es primavera, y los teros, las cacatúas y los horneros gritan como macacos. Menudo cambio...
Pensando en todo esto traje meses atrás un bote de setas de cardo entreveradas con unos pocos ajos tiernos. Lo abrí el domingo 9. Fue sublime.

[6] No cacatuo, aunque una vez cacatué. Atrapé una cacatúa con un gran despliegue cazador por mi parte, y luego resultó que tenía las plumas de un ala cortadas. ¡Qué decepción! Me sentía muy depredador.
La solté despué de llevarla en la mano un buen rato, con el sudor entre los dedos.
No hay fotos.