REGALOS ENVENENADOS. El caso de los osos panda genera inquietud en mi maltrecho cerebro. Primero creía que hablaban del antivirus hasta que pareció quedar claro que se trataba de animales, de un regalo.

Pero no. Era un "depósito". Previo pago, los osos se trasladan de país sin cambiar de propietario.

Ya se ve que los chinos tienen una particular manera de demostrar su amistad: te dan la oportunidad de comprarles algo pero sin quedártelo.

Qué panda.

ASÍ ES LA FIESTA. Se oye el txupinazo.

Fernando Puras se muestra como un magnífico diestro en la arena política al torear a todos los partidos políticos durante más de un mes para luego matarlos. Dos orejas.

Un nigeriano me pregunta si hay toros en las calles de Bilbao. Le digo que allí lo hacemos con panteras.

Me mira raro.

LEE Y CALLA. A los diez años de la aparición del primer Harry Potter, la editora de SM se apresura a recordarnos que el éxito de la literatura infantil ya venía de muy atrás. Y nos revela que, desde 1979, se han vendido un millón de ejemplares de "Fray Perico y su borrico".

A la vez, un poeta accede a un Ministerio. Que sea el de Cultura resulta indiferente, porque un poeta, un escritor, lo hará bien en cualquier área.

Borricos, osos pandas, poetas. Este es el verdadero cambio climático.

CONFIDENCIAS. Los sanfermines, como toda fiesta que se precie, nos traen a viejas glorias que siguen fijas en el cartel. No ha faltado María Dolores Pradera con su eterno drama a cuestas, pero al que no me esperaba es a Luis Aguilé, centro de mis pequeños odios de la adolescencia en materia musical.

Luis Aguilé ha revelado una cosa que quizá lo explique todo y lo disculpe ante la historia: ha dicho que en los años sesenta, los norteamericanos le propusieron ser la contrafigura de Elvis Presley.

Ser contrafigura, menudo oficio.