MIGRACIÓN. Hasta donde alcanza la vista miles de perros negros avanzan lentamente entre las ruinas. Caminan sobre un suelo pintado de color azul. Todos los objetos son de ese color como si una misma capa lo recubriera todo. Nieve azul o algo parecido. Levanto una piedra. Está pintada por entero y el suelo también.
Los perros se mueven todos en la misma dirección llevados por la inercia como un borracho agarrado a la cola de un caballo, tristes como un ejercito derrotado que vuelve del frente bajo la tormenta.
De vez en cuando alguno que pasa cerca levanta la vista. Sus ojos, de bordes anaranjados, acusan todo el frío y el hambre del norte. Los párpados no tardan en caer al suelo vencidos por el cansancio y el desinterés.
Los perros no van a ninguna parte.
No buscan algo que tengas tú.
No huyen atemorizados de ningún horror indescriptible.
Los perros se mueven para que no los alcance el tiempo.
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Publicado el martes, 29 de mayo de 2007, a las 13 horas y 25 minutos
[1] Benditos perros negros. Un placer volverte a leer
[2] te
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