ASESINOS. Caminaba al lado de un asesino. Dos amigos que dan un paseo después de cenar.
Era un hombre odiado por algunos y despreciado por todos los demás; pero alguien a quién yo debía la lealtad de una amistad antigua.
Notaba su aliento, su calor y todo lo inmediato de su cercanía biológica. Me sentía un poco traidor al no poder dejar de pensar en el asesino a pesar del amigo. Entonces supe que yo era tan culpable de sus crímenes como él mismo.
Aquella noche fuimos a despertar a un tercer amigo que compartiera nuestra pesada carga.
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Publicado el lunes, 10 de enero de 2005, a las 20 horas y 19 minutos
[1] Nocturnos. ¡Qué sería de los asesinos, sin la luna, las estrellas y los perros aullando...!
Comentado por
manirroto | 11/1/2005 00:39
[2] Todos los de Toño. Querido Toño, me han encantado todos tus relatos. Aprovecho esta estupenda ocasión para mandarte un abrazo, después de tanto tiempo.
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