UN BOSQUE. Los elementos del paisaje exigían una compleja y contradictoria geografía mental. El entorno, tan rico en detalles,no permitía más que una conciencia parcial del mismo. Cada árbol, cada planta, cada piedra, se resistía tenazmente a ocupar un lugar en la memoria. Rehuían de tal modo el orden, que la más tupida red cartesiana resultaba endeble para contener su rebeldía natural. Toda persona capaz de moverse con soltura por aquel lugar, había tenido que abandonar a lo largo de sus veredas buena parte de la razón.
A partir de una frontera indefinida, que nadie sabía señalar en un mapa-por otra parte incompleto-uno empezaba a sospechar que estaba perdido.
La idea del bosque y la razón antagónicos aunque simultáneos, sugería un desenlace último e inevitable de destrucción mutua.
Nadie sabe explicar como esos dos enemigos lograban convivir, a modo de tregua, en la mente de todos aquellos que se acercaban por allí.
[Versión para imprimir]
[Enviar]
Publicado el jueves, 27 de enero de 2005, a las 13 horas y 29 minutos
[1] Como las piedras. Alguna vez consiguieron borrarme de un mapa, en el que yo tampoco aparecía.
Comentado por
Manu | 27/1/2005 13:50
[2] Mapas de guerra.. También te meten en guerras en las que no quieres estar y luego te dejan como un jilipollas en medio de la balasera.A ti te borraron del mapa con excusas infantiles.A mi con silencios.En ambos casos,las armas de los cobardes.
Comentado por
T. | 29/1/2005 19:07
|