LA HORA DEL COMETA. Se desprendió de la noche y vino directo hacia mi ventana, siguiendo una ruta invariable y controlada.
Se paró por fin a muy corta distancia de la casa, gravitando sobre la hierba, que se estremecía alarmada por el fuego.
Yo tuve miedo porque no sabía si el cometa pretendía dar un paso a través de la ventana y abrasarlo todo, o solamente estimular mi memoria para el futuro.
Como ambas cosas halagan la vanidad no pensé ninguna otra; y mientras permaneció allí, inabarcable, emitiendo un sordo latido apenas audible, no hice más que contemplarlo sobrecogido.
Por fin pasó de largo perdiéndose por encima del tejado; y comprendí que sólo quería curiosear y que no había encontrado nada interesante.
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Publicado el miércoles, 23 de marzo de 2005, a las 14 horas y 31 minutos
[1] Cometa miope. Me extraña que pasara por tu mesa de dibujo, y no encontrara nada interesante.
Comentado por
manu | 24/3/2005 20:44
[2] Ahhhhhhhhh. Pues así, igualico que cuando se tiran fuegos artificiales, o cuando pasan cometas, así se me queda la boca y la cara de tonta con un Ahhhhhhhhhh...
Así, cuando vengo y leo estos regalazos.
Beso y beso.
M.
[3] La ocasión cumple condena. Por ser demasiado buena.
Comentado por
tecla blanca | 29/3/2005 00:04
[4] leanlo y medintenlo.
Comentado por
lisbeth
| 17/3/2006 19:32
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