RUINAS. El ángel lleva toda la mañana luchando contra la montaña de escombros que se le ha venido encima mientras dormía. Ha conseguido desenterrarse a duras penas, pagando el tributo de múltiples arañazos. Aún queda por encima de él una tupida red de vigas, tabiques, ladrillos y objetos de desván que han resucitado golpeados por la violenta luz del día a raíz del derrumbamiento: un trineo, una mecedora, un armario, varias sillas, cajas... Todo ello huele como la habitación cerrada de una vieja dama, muerta hace muchos años. Una vez más el pasado llega a través de la nariz.
El ángel trata de mover sus alas doloridas entre sudor y jadeos, trepando penosamente por esa estructura ruinosa que aún lo mantiene preso.
Por fin consigue llegar a la superficie. Se pregunta como una casa tan pequeña puede producir un cúmulo de escombros tan grande. Cuando asoma la cabeza ya es de noche y el ángel, sentado sobre las ruinas, sabe que todo su esfuerzo ha sido en vano.
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Publicado el viernes, 10 de junio de 2005, a las 11 horas y 49 minutos
[1] Tu relato me ha maravillado y conmovido. Transmite la desolación, tanto por las ruinas como por el esfuerzo finalmente en vano. Me ha dejado con emoción y un intento de lagrima.
Te leo con frecuencia y me agrada al fin conocerte. Estupendo blog.
Un abrazo.
[2] !!!!. ¿A quien guardaba el ángel?
Menudo trabajo más mal hecho eh?, hala, al purgatuar de los ángeles caídos, por chapucero.
Pobrecico....
Beso y beso.
M.
[3] Muchos transeúntes se paraban a contemplar cómo derrumbaban el edificio. Parecía que el director de obra les hubiera hipnotizado: grúa arriba, grúa abajo.
Comentado por
agua | 13/6/2005 14:13
[4] La destrucción. y la muerte tienen más espectadores que una escena pacífica y feliz.Luego se intenta arreglar lo que sea,pero de momento nadie renuncia a un buen espectáculo cargado de morbo.Desde luego yo no.
Comentado por
el ojo | 13/6/2005 21:48
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