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LAMBCHOP. Feria de Muestras de Gijón. 8 diciembre


Ella no conocía a Lambchop y el concierto le pareció un tostón. Por momentos, a mí, que conozco y me gusta la banda de Nashville, me pasó lo mismo. Hubo quien echó de menos un catre para una cabezadita. No fue para tanto, pero sí se hubiera agradecido una butaca: porque el concierto comenzó con una hora de retraso y en total fueron 180 minutos a pie firme, y porque el recital que ofrecieron en Gijón pedía a gritos otro emplazamiento. Por pedir, un teatro. Y es que aunque Lambchop nunca han facturado hits para Radiolé, en Gijón no tuvieron piedad de la audiencia. Fue el suyo un concierto impecable en la ejecución, en la seriedad de la propuesta, incluso en el (aparente) sentimiento que Kurt Wagner pone en la interpretación -realmente hubo momentos que pusieron la piel de gallina-, pero un concierto pide todo eso y algo más. Pese al exigente repertorio de Lambchop, su catálogo de canciones hubiera dado para una propuesta menos adusta. Cayeron temas de casi todos sus discos, pero ganó la partida el reciente “Damaged”, quizá su trabajo más introspectivo, que sonó casi al completo. Por momentos, el concierto fue realmente árido; aunque sea bellamente árido como puede ser el desierto de Mojave. E inclemente.

Sin embargo, los que abandonaron antes de los bises se perdieron el ‘otro concierto’. Duró apenas 15 minutos y dos temas, dos temazos de soul abrasivo y rhythm & blues en los que el barítono de Tennessee brilló por encima de la media, y la formación de ocho músicos reveló que son mucho más que un combo de doliente rock de cámara. Las ganas de fiesta de la gente se inflamaron como gasolina, y la banda se marchó del escenario mientras el público pedía más. Pero más de esto, no de lo otro; o al menos más de lo uno y de lo otro. A esas alturas ya no había nada que hacer. Wagner hacía rato que se había cargado su mochila al hombro y se había ido del escenario saludando de pasada y dejando a la banda rematar la faena.

Lo peor es que cuanto mayores son las expectativas, mayores son las decepciones, aunque quizá seamos demasiado severos al hablar de decepción. En todo caso, nos tiraron de las ganas los señores de la organización que anunciaban 15 músicos en el escenario. Por más que recuento los dedos de las manos, no me salen más de ocho. No, no hubo sección de cuerda.

El pianista, Tony Crow, se dedicó a salpicar la actuación entre doliente balada, y balada doliente, de chistes para rednecks que casi nadie entendió. Yo termino parafraseando a los clásicos, para que nadie me entienda: Doctor, ¿la cabeza de cordero es cordero? ¿Y las chuletitas?

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Publicado el martes, 12 de diciembre de 2006, a las 18 horas y 11 minutos


[1] Lambchop. Les vi el lunes en Madrid, en un teatro, y fue un concierto mágico. Exigente con el público, nada autocomplaciente, pero memorable. En mi opinión, son únicos. Y Kurt Wagner saludándo y firmando autógrafos en el hall al finalizar...
Comentado por Pepe Cruz | 13/12/2006 20:13
[2] Kurt Wagner? Qué fue de Kurt Cobain, dondeestásehamarchado, dónde, dónde está Kurt Cobain?
Comentado por KC | 18/12/2006 19:45






Ilustración de Toño Benavides
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