EN EL CUADRILATERO.. ...Si hubiera dado a grabar... (versionado y resumido, claro está)
En la esquina izquierda, con más kilos sobrantes que Doritos hay en una tienda, tenemos a la que vamos a llamar: “¡Bocazas!”
Y en la derecha, con pantalones pirata y blusa a rayas, os presento a “¡Lamentos!”
Después de hechas las presentaciones y una vez que todos sabemos que el combate consta de tres asaltos, cojamos posiciones.
(Basado en hechos reales. ¿O no? La Organización informa que sólo se ha maltratado a un animal: A la
foca asaltante de la siniestra)
- Bocazas: Si dejaras de fumar tendrías la piel más bonita.
- Lamentos: Es cierto. Es que en la escuela suspendía, ¿recuerdas? Y con los nervios... la pena es que no me di cuenta hasta los cincuenta... ¡Qué pena!
- Bocazas: Si no te dieras esos atracones, tendrías no sólo cintura, sino también cuello.
- Lamentos: Mi mayor pesar, es que he comido sin disfrutar. Me pesa. Me pesa.
- Bocazas: El día que te pille la peluquera, la haces feliz. ¡Hija, qué pelos!
- Lamentos: No hago vida con ellos. Siempre ha sido tan rizado que no lo he domesticado. ¡Hay si hubiera nacido rubia y con el pelo de mi madre!
- Bocazas: Ya a tus años, es irrecuperable. El daño está hecho. También tendrías que haber ido a un gimnasio, o haber andado. Hecho algo. Ahora, ya es tarde. Mírame a mí. Ni se me nota que me sobran quince kilos. Es porque les tengo muy bien repartidos. ¡Hasta me adelgazan!
- Lamentos: ¡Qué razón tienes! Si supieras cuanto lo siento. He fracasado en todo lo que me he empeñado. Menos mal, que todavía tienes la suficiente confianza conmigo como para decírmelo.
- Bocazas: Es que soy buena gente. Y ya me ves, tan estupenda como siempre. Incluso más guapa. Yo a ti, te recordaba, estropeada, pero sería por las gafas, que por cierto, son más gordas y te dejan ver menos la cara, si es que es posible. ¿Qué te pasa?
- Lamentos: Los años serán. Ojalá me hubiera operado. Voy degenerando.
- Bocazas: ¡Pero a pasos agigantados! Tendrías que tomar vitaminas. A mí, desde luego, no me hacen falta. Ya me ves. Reboso salud.
- Lamentos: ¿Tu crees que todavía estoy a tiempo?
- Bocazas: ¿La verdad? Antes, te quedas embarazada.
- Lamentos: Lo cierto que para mi desgracia me costó mucho quedarme preñada. Me fallaba la maquinaria.
- Bocazas: Yo estoy encantada con vivir sola. Así, no tengo que aguantar las manías de ningún señor. ¡Encantada! ¿Así que vives con una manada? Ya te notaba yo cansada.
- Lamentos: Pues si que lo estoy. Se me nota mucho, ¿verdad?
- Bocazas: No te quería decir nada, pero esas ojeras y esas patas de gallo, no te favorecen nada. Seguro que tienes mucho estrés diario. ¿Tan desdichada eres?
- Lamentos: No me había dado cuenta. ¡Es que soy tan torpe!
- Bocazas: Pero casi no te lo había notado. Pensé que eran esos zapatos tan feos. ¡Cómo os pueden gustar las rebajas! ¡Es pedir peras al olmo!... Pero si quieres te enseño un poco de moda... para que no vayas con esas pintas... es que das pena.
- Lamentos: Lo cierto es que no me acierto.
- Bocazas: Supongo que te será difícil encontrar algo para ese cuerpo.¿Tienes chepa o es que tu control postural deja mucho que desear? Mírame a mí... Que yo sea tu ejemplo. Ves con que gracia camino... sé que nunca vas a tener mi estilo, pero toma nota, aunque sólo sea para que sepas cómo se lleva un traje como el mío.
- Lamentos: Soy un autentico desastre.
- Bocazas: ¡Ni que lo digas! No me gustaría deprimirte más, porque seguro que estás medicada. ¿Á qué sufres depresiones?
- Lamentos: No me he dado cuenta. No tengo mucho tiempo, con la vida tan rutinaria que llevo.
- Bocazas: ¡Madre mía! Estás peor de lo que aparentas. Sabías que el primer paso para solucionar algo es admitirlo. Tú ni siquiera lo has visto. Sino tuviera tantas reuniones sociales, te dedicaría el tiempo que me sobra. Pero, tengo tantos compromisos... Yo que tú, iría a un buen especialista. ¿Nunca te han ingresado? ¿No sufres ataques? ¿No me digas que has intentado
suicidarte?
- Lamentos: No. Yo nunca lo había pensado.
- Bocazas: Lo peor es el subconsciente. Yo si estuviera en tu lugar, me lo haría mirar de forma urgente. Me ha encantado hablar contigo. Imagino que habrás disfrutado de mi compañía después de tantos años. Cómo supongo que te van a ingresar...no te preocupes por tu familia, que es lo mejor que les puede pasar.
- Lamentos: Pero que buena que eres. ¿Cómo te podré agradecer todo lo que te preocupas por mí?
- Bocazas: No me doy importancia. Siempre he sabido que era genial.
- Lamentos: ¡Qué pena me da ser así!
- Bocazas: Y ya no puedes cambiar.
- Lamentos: ¡Qué gran verdad!
- Bocazas: Me voy. No me eches mucho de menos.
- Lamentos: Ojalá fuera como tú.
- Bocazas: No te lo quería decir para no deprimirte más. Pero te huele el
aliento.
- Lamentos: Gracias por decírmelo. Eres una amiga.
- Bocazas: Era mi obligación. No me perdonaría no habértelo dicho...y que esa halitosis tan espantosa, fuera consecuencia de una enfermedad mortal, y que aún no lo supieras. Así al menos, puedes dejar todos los papeles en regla. Porque seguro que en la casa, eres un desastre.
- Lamentos: Menos mal que nos hemos encontrado después de tantos años. Sino, ¿Quién me hubiera avisado?
¿Quién me hubiera abierto los ojos?
- Bocazas: Es que yo donde voy, siempre doy suerte.
- Lamentos: ¡Qué buena eres!
- Bocazas: Da gracias a Dios, por conocerme. O mejor, ya se las doy yo, que allí también soy influyente. Entiende que no te de un beso. Adiós.
- Lamentos: Desde luego. Seguro que te lo pego... y no te lo mereces.