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¿NOS ATACAN?. Estoy en mi casa descuidada, tranquila, relajada, con permiso de la vecina que por supuesto no está en casa, ya que la gramola no está conectada... Y a la que me descuido, me pitan y repitan, y como en Navidad, me vuelven a pitar.
No los oídos, no los de la obras que me obsesionan con sus monos amarillos y sus cepillos. No, los que me pitan y me llaman sorda, son los inhumanos inquilinos.
Y es que me compré una lavadora a la que no se la puede dejar sola.
Cuando termina, me pita, pero no con educación, con una insistencia y una mala leche, más propia de un conductor que de alguien tan limpio y ya pasado de vueltas de todo.
Piiiiiiii Piiiiiiii Piiiiiiiiiiiiiiiiiiii chilla la muy mamona reclamando mi atención Piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii Piiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
¡Qué ya voy! ¡Es que no se te puede dejar sola!
Y cuando saco la ropa y me centro y concentro en el libro que ahora me apasiona, uno de Thomas William Simpson, "El Guardian" va y suena otro Piii Piii Piiiii Piiiiii Piiii... con un rintintín de ¡Vamos que ya es hora!
¿Qué coño pasa ahora?
¡El lavavajillas ha finalizado y ya está amargado suspirando!
Estos aparatos estoy convencida que son los causantes de muchos suicidios. No sólo son más inteligentes que muchos habitantes, sino que son de un impaciente que acojona.
Piiii Piiiiiiiii Piiiiiiiiiiiiiii Piiiiiiiiiiiii ¿Y quién coño es ahora?
Entre el móvil, la lavadora, el lavavajillas y la secadora, puedo decir sin equivocarme que NO ESTOY SOLA.
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Publicado el lunes, 5 de febrero de 2007, a las 15 horas y 13 minutos
[1] Piiiiiiiiiiiiiiiiiii Piiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
Y el del coche, qué? continúa el ataque!
Comentado por
Arturo | 05/2/2007 18:14
[2] Véngate y méate en éllas, condenadas máquinas, así sabran lo que jode el pipí...
Comentado por
www.porterodenoche.blogspot.com | 06/2/2007 01:25
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