A HURGAR!. Esta mañana hemos ido al banco mi alergia y yo.

Los motivos son imaginables, pero "el sacaentradas" trajeado que me facilitó la transación, creo que pensó que a la velocidad que rota la tierra - 1.000 Km/h - no le iba a ver metiéndose el dedo por la naríz hasta el cerebro.

Yo no ví si se le había colgado el ordenador, y el nuevo teclado lo tenía conectado en su cerebro...

... A no ser, que sea una nueva moda, y para calcular la comisión, en vez de rascarse la cabeza al pensar, directamente se masajee uno el hemisferio en cuestión - el derecho - para así encontrar la solución.

Lo cierto, es que me dió tal sensación de guarro, que me dieron ganas de decirle: Deje, deje, ya me los dará otro día. (porque obviamente quería los billetes sin bicho, o dicho de otro modo, no quería muestras de un ADN entrando en contacto con mi epidermis)

Ahora que lo pienso, quizá sea una táctica de despiste, quizá no era suyo el traje, o se le había roto, y además, tendría una mancha enorme verde pringosa, y llevara chanclas... PODÍA IR EN BOLAS!, porque seguro como que la miel es pringosa, que todos en la cola, sólo mirábamos como buscaba y rebuscaba, lo que en el Señor de los Anillos, tanto nombraban: ¡Su Tesoooooro!