RESIDUOS TÓXICOS. El pañal de mi sobrino de hoy, es una prueba patente de cariño: El mío. Porque ni me he inmutado ante tal pestilencia y variedad de contundencias.
Más que un regalo como lo llama su madre, era un atentado.
Un atentado a mi pituitaria y sobre todo al medio ambiente. ¿Para cuando un contenedor para “abonos” recién salidos del horno?
Ya me imagino en un bosque, un oso, rompiendo una bolsa gigante de basura... y al llegar al pañal... volverse loco y no poder usar su protuberancia nasal ni para encontrar miel, ni para seguir el rastro de un posible predador.
Lo que es el amor...
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Publicado el jueves, 26 de enero de 2006, a las 17 horas y 56 minutos
[1] Todo pañal. La ultima tendencia en los paises del norte ( por Alemania y Holanda) es volver a los pañales de tela. Ahorro de celulosa y parece que aunque se lavan el agua necesaria es menos que para fabricarlos y son mas ecologicos...amen de sentar mejor a las entrepiernas de los puberes.
De todas formas lo tuyo es amor .. de tia. Je, je, je.
Un amigo de barra de bar decia henchido de orgullo que las cacas de su hijo olian al jamon de pata negra que le daba al jodío....
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El Puñalón | 27/1/2006 20:10
[2] Las cacas y los pedos de los hijos (a veces) huelen como las de uno: ni mal ni bien; huelen familiarmente, su peste no agrede nuestro olfato.
Comentado por
Un padre | 27/1/2006 23:50
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