EL MOCO. Hay canciones pegadizas. Hojas pringosas. Ranas viscosas. Puentes colgantes...
Pero nunca me habían pedido el teléfono ondeando un moco de todo un poco: pegadizo, pringoso y viscoso.
Tengo una duda: no sé si estaba colgando o se estaba suicidando.
De cualquier forma - y en este caso era redonda y carnosa - la picota era generosa.
He hablado con señoras muy bien vestidas con las que me he tenido que contener por no decirlas: ¿Con esa pinza tan horrorosa que lleva en la cabeza sintoniza muchos canales? Pero la vergüenza ajena y la educación me han llevado a susurrarlas: "Se la ha olvido quitarse una pinza"
Pero, ¿qué se hace en una situación en la que un moco verde y pringoso te taladra la mente y te hipnotiza de tal manera que no eres consciente de cualquier otro presente?
Pero aún fue peor porque el sujeto que llevaba lo llevaba sujeto, pretendía encandilarme, deslumbrarme... y yo realmente lo estaba... Lo estaba... Hipnotizada, fascinada, cegada por esa masa humana carnosa y pringosa que me atacaba.
Yo le oía hacerse el gracioso... y como no tengo tu teléfono... Palabra que de alguna forma yo le escuchaba... pero me concentraba: “No te rías. No pongas caras” Y seguía... y seguía...
...Y en la cumbre una picota destacaba... ¿Me das tu teléfono?... Te doy... un moquero.
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Publicado el jueves, 2 de febrero de 2006, a las 16 horas y 54 minutos
[1] Mucosidad. ¿quedaste prendida del moco o del tipo?
Comentado por
El Puñalón | 02/2/2006 19:22
[2] Comodín de la llamada. A la pregunta: ¿De cual de los dos me quedé prendida?
Respondo: Más que prendida quemada, chamuscada y horrorizada.
Y te confirmo que de ignífuga no tengo nada.
Comentado por
Guindilla | 04/2/2006 18:22
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