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DESEO. Se me acaba de suicidar una pestaña.
Era una kamicace que tenía ganas de incordiar.
Yo sin contemplaciones la he despachado, y cuando estaba apunto de darla su inmerecida libertad, me ha venido a la mente ese juego tan corriente, de pensar un deseo y si cual mago desaparece, es que el deseo se cumplirá, sino... dos opciones: o volverlo a intentar o despreciar el hecho y resoplar diciendo: ¡Una chiquillada más!
Yo, teniendo mente y un montón de deseos en mi cuenta corriente, he expresado lo siguiente: ¡Ahora no me vas a fallar!
... la he depositado en el dorso de mi mano izquierda y juntando el índice y el corazón, que con razón se denomina así, puesto que en él estaba poniendo toda mi ilusión... tras un instante de concentración, he mirado a la pestaña voladora y... me he golpeado justo encima de ese pedacito de vello y...
Allí estaba riéndose cual ancla asesina de mi sueño y anhelo... allí estaba negándome ese pedacito de cielo que tan mansamente reclamaba con tanto esmero... allí... allí estaba tan ancha.
Mentiría sino reconociera que en mis pensamientos no veía una cosechadora, una podadora, una cuchilla de doble hoja...
¡Qué intensa es la vida cuando una pelusilla fina te quita la alegría!
No vuelvo a hacer caso de las habladurías... son mentira... engañan las películas... la realidad nunca se decide por una pestaña, o por una castaña... con la que te resbalas y el hombre de tu vida se...
¡Despierta guindilla! Ataca. Muerde. Avasalla.
La próxima vez, lo haré con un cardo, con una espina de besugo, o con una aguja de ocho milímetros... y pediré como las miss mundo, la paz en el mundo.
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Publicado el sábado, 18 de marzo de 2006, a las 16 horas y 40 minutos
[1] pelillos a la mar. Pues de perdidos al rio
Comentado por
El puñalón | 21/3/2006 14:39
[2] pelillos a la mar. Pues de perdidos al rio
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El puñalón | 21/3/2006 14:39
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