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EN LA ESTACIÓN. Desayuno en el bar de la estación. La camarera me trae un café con leche y después le sirve otro a un tío como yo; bueno, más o menos como yo, algo más arreglado, más repeinado y menos legañoso. Se lo bebe de un sorbo y, después, pide una copa de orujo de hierbas. Son las siete y cuarto de la mañana. Aún es de noche. De nuevo, sólo necesita un trago. Antes de sacar la cartera, pide un paquete de chicles. Casi tres horas más tarde llegamos a Madrid y, mientras camino hacia el metro, veo que que tira hacia la cafetería...
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Publicado el miércoles, 19 de octubre de 2005, a las 20 horas y 33 minutos
[1] Te quedaste con las ganas de un carajillo, a qué sí?
Comentado por
Jorge | 22/10/2005 18:15
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