EN EL METRO. Entro en Avenida de América, en el último vagón. Me coloco en una esquina. A mi derecha, agarrada a una barra, una rubia veinteañera lee a Primo Levi, un escritor y científico judío que pudo contar cómo sobrevivió en Auschwitz; a mi izquierda, apoyado en la pared, un cuarentón rapado abre un libro que, si no recuerdo mal (no lo he encontrado en la web del ISBN), se titula El comandante del III Reich. En la contraporada aparece una esvástica. Bajan en Prosperidad.
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Publicado el viernes, 30 de diciembre de 2005, a las 11 horas y 50 minutos
[1] Próspero. Año Nuevo. Nada mejor que bajarse en Prosperidad.
Comentado por
Peter | 31/12/2005 10:02
[2] Igualmente, Peter. Bajarse en Prosperidad no está nada mal, ni tampoco un par de paradas más tarde, en Avenida de la Paz (allí terminaba mi viaje).
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