|
MATRIMONIO. Un día, mientras el amor de mi vida preparaba el bibe de la merienda, me escandalizó cómo estaba pelando una pera. «¿Por qué has quitado primero el rabito?», le dije. «¿Y por qué no?», replicó. «Pues porque así es más difícil». No me hizo ni caso, y encima luego tuve que aguantar que me tomara el pelo. El caso es que, no sé por qué, ahora yo también lo corto, y que siempre que lo hago me acuerdo de ella.
[Versión para imprimir]
[Enviar]
Publicado el miércoles, 15 de febrero de 2006, a las 10 horas y 29 minutos
[1] ¡qué tierno!
Comentado por
Bea | 16/2/2006 12:18
[2] un café, la taza y nosotros. Cierto, a veces no te das cuenta de dónde y por qué aparecen determinadas costumbres, o pequeñas manías, hasta que te paras a pensar y todo son recuerdos. Recuerdos de aquel día haciendo un café y "¡qué rabia me da que el plato sea más pequeño que la taza y ésta se tambalee!" Hasta que te ves. Un día. Sólo. Girando el plato boca abajo y preguntándote cómo alguien puede robarte el alma con gestos tan pequeños...
|