EN EL ESTUDIO. Llegué a las dos, después de ver a un cliente, y no me llevé ninguna sorpresa: un tigre estaba delante de un Mac y el otro con el portátil sobre las piernas. En cuanto acabé de consultar el correo, llamaron a la puerta. Una vecina pedía ayuda: una persiana estaba a punto de caer a la calle. En el ascensor nos advirtió a Manuel y a mí: «El piso está hecho un asco». La dueña, una anciana que vive con tropecientos gatos, regresaba de una residencia esta misma tarde. Ya en el rellano del quinto había un tufo gatuno casi insoportable para nosotros: aunque la vecina, que tenía llaves porque se ocupaba de alimentar a los felinos, entró muy decidida y se perdió por un pasillo, nosotros no conseguimos pasar del recibidor. A Manuel le dio una arcada.
Bajamos y llamamos al 112. Los bomberos llegaron al cuarto de hora. Manuel, esta vez acompañado por David, subió con dos de ellos. En un par de minutos arrancaron la persiana sin aparente esfuerzo, inmunes al pestazo. En cambio, Manuel vomitó. Lógico: los tigres no soportamos a los gatos.
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Publicado el sábado, 12 de febrero de 2005, a las 1 horas y 38 minutos
[1] ¿Es verídica esta historia?. ¿Cuál es la línea que separa la realidad de la ficción en tus historias?
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Ana | 13/2/2005 19:58
[2] Discontinua y difusa. Esta historia -gracias por la pregunta, Ana- ocurrió el viernes pasado, tal cual como la cuento. Entre la realidad y la ficción media una frontera discontinua y difusa que procuro cruzar siempre que puedo. En la sección de Relatos incluyo los textos más literarios, los menos alejados de mi vida (aunque quizá por eso acaben siendo los más personales), y en apartados como Tres por tres o Extramuros me baso más fielmente en las cosas que me pasan.
[3] Corroboro la historia. Yo estuve allí, lo vi, y sobretodo lo olí, aunque para mi el olor era mucho más soportable que para Manuel.
Añado a la historia relatada por Leandro, que los bomberos, muy majos ellos, actuaron con rapidez (casi demasiada) y solucionaron el problema como si cosas así pasaron todos los días, y seguramente así sea, pero claro, uno sólo las vive cuando le pasan :)
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David Gil | 13/2/2005 22:59
[4] Olor a tigre. Lo cierto es que estos tigres ni son tigres, ni son gatos, ni ná de ná. No muerden, no arañan, no rugen. Y lo de los olores, pues un tigre que no huele a tigre no es tal. Si alguno de los tres alguna vez se decide a oler, seguro que los otros le dicen algo como "es que el olor a tigre no es así, tiene un matiz un poco más....", algo así como cuando al jefe Wiggum le llega la señal de que debe perseguir a un Ford T de 1900 rojo y cuando pasa por delante de él dice "ah, ese no es; era más bien burdeos...". No, tigres seguro que no. Tiburones...
[5] Cosas de gatos. Llego tarde pero quiero apuntar...
Que tengo todavía:
-metido en la garganta el olor a mierda de gato
-en el cesto de la ropa sucia una camisa que ha cambiado de color
-Y en la cabeza a Ivana enseñando media teta
También recuerdo una voz que me decía "en estos casos es mejor respirar por la boca". La segunda vez, cuando subía con David, lo puse en práctica y vomité.
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Manuel
| 14/2/2005 18:55
[6] Pues a mí no me pasan cosas de este tipo. Debo tener una vida muy corriente. Por cierto, ¿Qué tengo que hacer para verme metida en alguna situación parecida?
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Ana | 15/2/2005 00:29
[7] Repuagh. Me parto contigo, Manuel.
¿Ivana quién es? ¿La vieja?
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Matías Bruñulf | 15/2/2005 13:10
[8] Menos vieja, igual de pelleja. Ivana, a partir de ahora "la virgen de la media teta", es otro personaje de esta, nuestra comunidad.
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Manuel
| 15/2/2005 14:07
[9] La secundaria y el prota. Matías: Ivana es la vecina que nos avisó. En cualquier caso, coincido contigo: el prota de esta historia no es otro que Manuel.
Ana: Para verte en una situación así sólo hace falta tener vecinos. Son imprevisibles.
[10] Sin celos ni ansiedad. Me parece que están haciendo de una situación vomitiva una performance arq(ue)ada.
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Matías Bruñulf, antes de arrepentirse | 15/2/2005 15:24
[11] ¿Cómo que el prota es Manuel?. ¿Quien entró hasta el final de la casa? Quién ofreció su ayuda a "la virgen de la media teta", quien observó como trabajaban los bomberos. Que sea su vecino y q el tirara un poquito de su comida.... no es para tanto
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David Gil | 15/2/2005 17:41
[12] No Chance. No os molesteis.Estas cosas (y otras más raras) solo le pasan a Manuel.Conozco alguno de los personajes y puedo jurar que todo es cierto.Quizá "El Mantenido" haya suavizado la historia,porque tiene pinta de haber sido mucho más truculenta.Estaremos atentos al desenlace.
Manuel:La próxima vez respira por el esfinter.Verás qué bien...
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Toño B. | 16/2/2005 21:47
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