PROHIBIDO FUMAR.. Antes de nada, que quede bien claro que no soy fumador. De nada en absoluto, aunque a veces parezca lo contrario, salvo de alguna que otra clase (bastantes en realidad).

El día 1 de enero de 2006 entra en vigor la nueva normativa relativa al consumo de tabaco en lugares públicos y espacios de trabajo. Entre otras disposiciones, cualquier local público superior a 100m2 tendrá que tomar medidas para aislar a los fumadores de los que no lo son, o bien decidir si quiere dedicarse a unos u a otros. Los locales menores de 100m2 simplemente tendrán la capacidad de elegir, porque no tendrán espacio como para separar a los molestos de los que no lo son (cada cual que decida quién es quién). Alguien se ha adelantado a tan señalado día y ha desplegado por diferentes lugares (al menos por mi zona) un cartelito que reza orgulloso “Espacio libre de humo”.

Los hosteleros andan preocupados con la ley, y dicen que se van a ver perjudicados por la misma, porque donde entren fumadores, no entran niños, y viceversa. Y eso de separar a las familias como que es difícil.

A mí personalmente el humo me molesta, pero me lo aparto generalmente con bastante eficacia. Los niños son otro cantar.

Molestos y pegajosos suelen ser, igual o más que el humo. Y las técnicas válidas para el deshecho cigarrero no funcionan con ellos, porque si les comunicas amablemente que no los quieres cerca, se ponen más pesados. Y si decides espantarlos a manotazos, como harías con el humo, los padres suelen molestarse (los hijos son como juguetes caros, si te los toca otro, aunque sea poco, te enfadas).

Hosteleros del mundo, es vuestra oportunidad de acercaros a un nuevo público. Elegir la opción del humo, elegir a las máquinas de fabricar cáncer. Gente como yo, a la que el humo molesta, irán a vuestros bares, irán a vuestros restaurantes, porque así estarán seguros de que allí no habrá niño alguno.

Elegir el otro cartel, elegir “Espacio libre de niños”.