ARBEIT MACHT FREI. El trabajo os hará libres. Parece ser que fue la República de Weimar la que usó la frase como eslogan por primera vez. Su plan era sacar a Alemania de la crisis en la que estaba a golpe de carretera. Si se construían carreteras, los alemanes trabajaban, y el dinero empezaba a moverse.
Los nazis recogieron el testigo y perfeccionaron el motor asfáltico, y tan encantados quedaron que adornaron la entrada de algunos de sus campos de concentración con la frasecita. Donde más lucida les quedó fue en Auschwitz. A los que entraban, les explicaban que efectivamente el trabajo hacía libres a las personas, pero que como ellos no entraban en dicha categoría, la de
personas, pues no tenían papeletas para que les tocara la rifa.
Ahora aquí también oímos esto, la solución a la crisis será invertir en infraestructuras. Una vez más, las técnicas que Adolf y los suyos inventaron o mejoraron vuelven a la palestra. Como ya he dicho aquí alguna vez, mi debilidad personal son las
técnicas de propaganda de Goebbels, que sufrimos absolutamente todos los días, pero también está bien recordar la fuga de cerebros alemanes, que camino del este o el oeste, pusieron su cubito de hielo en la guerra fría.
El Maná no debería tardar en llegar.
El asfalto os hará libres.