¡PERRA!. Esa perra con nombre humano... y no es la perra de mi vecina... es la perra de una conocida... que cuando me habla de ella, que juega, y me dice los nombres de los supuestos amigos con también nombres propios de conocidos, nunca sé si se lamen los huevos o sólo llegan a vérselos.

Como a Dinio, me confunde. Y como a los de Danone, me los como de dos en dos, puesto que la dueña me habla de "Martina" la perra y de su amigo "Javi", y nunca sé si es otro perro o un día será un perro por dejar tirada a la vecina.

Y es que aunque los hombres a veces sean unos perros, a estos, nunca les debemos de poner otros nombres que no sean los que les definen bajo su pronombre.

Así por ejemplo ZAPATERO puede ser un pez, un perro o una mezcolanza contra toda usanza, pero nunca un ejemplo de un hombre con templanza.

Y por el contrario Rantamplan, puede ladrar, pero nunca balbucear.

A lo dicho, Miau!