¡BAILÁ! ¡VENÍ! ¡VOLÁ!. Desde este soporífero metro y medio bajo tierra, se escuchan unos acordes callejeros que remiten a Gardel, muy probablemente interpretados por un acordeonista rumano, a quien le deseo suerte aún prefiriendo al Polaco.
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Publicado el viernes, 19 de agosto de 2005, a las 0 horas y 33 minutos
[1] Colonia. 17 de agosto de 2005. Nos montamos en el tren en la estación de Düsseldorf camino a Colonia a "oler" el ambientillo de los cristianos. Oler sí que olimos porque en las escaleritas del vagón el ambiente era bien denso en muchos sentidos. Unos franceses se pusieron a rezar el rosario, otros cantaban "que viva España", un tipo te taladraba a preguntas y se quedaba alucinado con la respuesta de: "no, es que vengo por libre".
¿Por libre? Todo eran comunidades, comunidades que ondeaban banderas y proferían con gritos sus lugares de origen: "¡Ohio!", "¡Italia!" (mucho italiano, y hasta más escandalosos que nosotros) "¡Viva México!". No llegaba a distinguir si me encontraba en un estadio de fútbol o en la plaza de la catedral de Colonia. A veces las comunidades interactuaban y al ritmo del tambor africano, movían furiosamente unos cuantos españoles la pelvis.
La catedral permanecía allí impasible, oscura y tenebrosa, mirando al cielo y no a la marabunta de jovencitos (pero que muy muy, media 14, 15 años) que preferían gritar Ohio a cantar "Padre nuestro, en ti creemos" o lo equivalente en su cantoral de turno.
Las fotos del nuevo papa, a quien veo con cara de pillín o malévolo, y la del anterior, más fotogénico y globalizador, presidían la plaza, pero nadie parecía prestarles gran atención.
La pregunta que me hice reiteradas veces: ¿repartirán los "volunteers" de chubasquero rojo condones a estos chiquillos en los hangares unisex donde descansan tras el trotar y trotar bandera al viento?
Para mí que la tasa de natalidad cristiana aumenta con estos happenings. Eso lo explica todo.
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BV | 19/8/2005 12:59
[2] Creced y multiplicaos. Estoy de acuerdo completamente con usted: de aquellas comuniones, estos polvos. La alegría de vivir que uno debe sentir en la plaza y la posterior exaltación de la amistad en el hangar de turno pueden derivar en la unión, y ya sabe que ésta hace la fuerza. El clímax y bla, bla, bla. Alguno, quizás, jamás había estado tan cerca del cielo, gris, imagino.
Respecto a las hordas rojas condoneras, no sé yo...
Castos y purísimos abrazos,
MB
P.S.- Ya veo que el rojo, mezclado con el blanco, termina diluyéndose, ¿no?
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Matías Bruñulf | 19/8/2005 13:23
[3] Bueno pero a falta de El Polaco buenos son esos músicos que alegran de vez en cuando los rincones de la ciudad...Algunos son realmente buenos...
[4] Sin duda... Por cierto, llevaba cinco días sin comer chocolate, pero el sábado cayó una tarta de galleta y flanín con una fina (que no deliciosa) capa de chocolate. Como las natillas, repetimos a primera hora del domingo. Sigo, en todo caso, con mi cruzada antiazúcar...
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Matías Bruñulf | 22/8/2005 05:28
[5] Cheeeeee...
Que no tiene la menor importancia.
El Enigma
Nox atra cava circumvolat umbra
[6] Enigma, eres todo un laberinto.
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Matías Bruñulf | 22/8/2005 14:11
[7] El acople. El laberinto me duele a mí de escuchar tus mensajes de cuatro minutos en el contestador. Pero acto seguido, pongo a Piazzolla en el mac y pienso: ¡Qué majo es este cabrón! (Matías, se entiende).
Bienvenido a casa.
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manu | 22/8/2005 17:32
[8] Volver. Debo decir ¿gracias?
Hombre, después de tanto tiempo sin vernos, intento localizarte para tomar algo o comer en el chino de Chamberí. Ya sabes que a mí esto de los mensajes no se me da muy bien, y como intuyo que no te localizaré ni entonces ni después, descargo.
Estaré en Madrid hasta finales de mes, aunque este pasado fin de semana me escapé a Vigo y después a Compostela. Da señales de vida (me puedes localizar en el correo de Mi vida como un chino).
Abrazos rasgados.
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Matías Bruñulf | 22/8/2005 18:35
[9] yo lo vi al polaco. Señor, yo lo vi al Polaco cuando era niña en el anfiteatro de la ciudad de San Rafael en Mendoza, Argentina. Era un espectaculo de danzas folkcloricas. Bello, siempre lo recordare.
[10] Suertuda Inés, quién lo viese.
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Matías Bruñulf | 24/8/2005 12:38
[11] Piantao. Pero qué, si están tus cosas pero tú no estás, si eres un desnudo de vidriera, si dan ganas de balearse en un rincón, de buscar en un licor que aturda la curda que, al final, termina la función poniéndole un telón al corazón.
Mierda, ya me pusistéis el cuore de tango, así que tendré que pasarme el resto de la mañana mirándole el escote lunfardo a Adriana Varela (porque sí hay nenas que puedan cantar tango). Que alguien me aplauda desde Vieytes; o mejor, subite tú a mi ilusión supersport.
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Maqroll | 24/8/2005 13:38
[12] Hasta la última gota, amigo Maqroll.
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Matías Bruñulf | 24/8/2005 16:14
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