YO NO SOY MODERNO PORQUE EL MUNDO ME HIZO ASÍ (II).. Ayer me emperreché en que fuésemos al Atari, lo que provocó que la media de edad del local bajase considerablemente. Lo bueno de la cultura xerox es que puedes salir por Glasgow o por São Paulo, por Malasaña o por
South Kensington, que nada cambia: las mismas medias (de red), el mismo raso (rodeando los botones o cierres), los mismos cortes de pelo (bastante incómodos, sobre todo si el pico de marras coincide con la retina, bien izquierda, bien derecha), los mismos pantalones pitillo, las mismas canciones y la misma, oooh, actitud.
(Propongo a Don Lázaro, más allá donde esté, que curse una propuesta formal y conchuda para eliminar del drae los términos actitud y...).
Mientras esperamos, no hay mucho que contar: el Atari está de puta madre pero, como ya me habían comentado, el día es el viernes, pues la serata del jueves es (fue) bastante disco (y rayado), bastante homo (y algo girrrl) y bastante teen.
Igualmente, me tomé mis Brahma de rigor y me fui, encantado, del garito. La alternativa hubiese sido (pero ya menté mi emperreche, pensando que había un concierto, y no el chunda chunda de marras) el
Sarajevo-Kosovo, cuya jo qué noche es quinta feira, o sea, ayer.
En todo caso, que me quiten lo bailao, que fue poco y mal, pues mi doctor me tiene prohibidísimo danzar en todo espacio más amplio que la ducha y no estamos para trotes, no vaya a ser.