OBJETOS PERDIDOS, CANCIONES ENCONTRADAS.. Vivo en un vigésimo cuarto piso, por lo que estimo que el vuelo ha debido ser bueno. La pérdida de mi cueca preta, o sea, de mis calzoncillos negros, que eran boxer pero no mordían, ha sido más sentida de lo que uno pueda imaginarse, porque la breve prenda me acompañaba desde años ha, y conmigo había compartido muchas, tantas, cosas (los calzoncillos suicidas, apuntaba, eran dark, pero esto no me lo esperaba). Para compensar su precipitación al vacío (después de confesarle, entre risas mutuas, a la señorita de la recepción la triste y desafortunada perdida), me he puesto a escuchar, por orden, las siguientes canciones:

- El epé enterito de Ya lo sabes y su pista interactiva, titubeante, con el vídeo de Tokio ya no nos quiere, de Lori Meyers.

- Los jóvenes mueren antes de tiempo, de Deluxe.

- Quiero un beso, Prefiero vivir, Necesito buscarte, Vivir es la clave, Pan para las larvas y Agua de limón, de Andrés Sudón.

- By Your Side, de Cocorosie.

- Insignificance, de Jim O’Rourke.

- Playboy, de Hot Chip.

- The Pleasure Is All Mine, de Bjork.

- Throbbing Snatch, de Wagon Christ.

- Beginagain, de Alias.

- Let’s Get Lost, de Elliot Smith.

- 21st Century Pop Song, de Hymie’s Basement.

- the district sleeps alone y such great heights, de Postal Service.

- Hostal Pimodan, de Lori Meyers.

- Kamikazes enamorados, de Quique González.

- Y 46 Tops, de Minotaur Shock.