DE LAS FICHAS CIVILES Y LOS TERRITORIOS COMANCHES.. Las radiografías económico-sociales del personal de tierra se efectúan a partir de dos preguntas fundamentales e ineludibles: ¿a qué te dedicas y dónde vives?
La primera vez que sentí esa pregunta cómo parte de un proceso que tiene por objetivo saber dónde moran mis huesos y de qué tipo de
calcio se alimentan fue durante mi larga estancia en un país mediterráneo. Después, todo se repitió en Londres, quizás en mayor medida pero de una forma distinta.
Digamos que, hablando de Europa y exceptuando algunas polis como París, tanto por extensión como por habitantes, es en la capital británica donde las diferencias se antojan más marcadas: vivo en la zona 1, tú en la 3; pero ¿en la parte alta o en la baja?; ¿al lado del parque o junto a la estación?; en Chelsea, sí, mas ¿en que calle?; ¿no me digas que vives en Old Street? (aunque no tengas una pound en el bolsillo y casi todos tus posibles se vayan en el alquiler del trastero); Brick Lane, qué cool, etecé.
São Paulo no podía ser una excepción, pero en esta ocasión las enormes y evidentes diferencias sociales hacen que, por ejemplo, puedas ser de clase media en Londres y vivir a tomar por el culo; en SP, si tu esfínter ha ido a parar bien lejos (excepto elitistas excepciones, como los que tienen pasta y moran en Morumbí, que sería como residir en La Moraleja madrileña), tu radiografía tiene muy mala pinta.
Mis huesos, en estos lares, son blanquitos, mas ocurre una cosa que no sucede, por ejemplo, en nuestros Madriles o Barcelonas (o Coruñas): más o menos, nada más poner un pie en el aeropuerto, los funcionarios locales te entregan tu radiografía en mano, sin posibilidad apenas de pasar por la máquina de rayos equis y elegir transparencia.
Aquí, digamos, nada más nacer, a algunos ya le diagnostican un cáncer de pulmón de caballo y a otros, por poner un caso, le explican que su víscera más prescindible vale un riñón. Decía que, en nuestras ciudades, uno puede vivir donde quiera (y pueda, lógico), al margen de la pasta que tenga: porque mola, vamos, ser un diseñador gráfico modernete y con posibles que se compra un apartamento (no caigamos en la estúpida y borrica tentación de decir que todo lo que no tiene paredes es un loft, por favor) en Lavapiés o, si usted quiere, en la calle Valverde o en la del
Gruta porque es trash, o sub, o pre, o buenri o cualquier tontería de ésas. O, doblando el mapa, en el Raval, en Monte Alto o en...
Sí. Usted lo puede hacer.
Lo que uno no puede hacer aquí es irse a vivir a la periferia o a ciertos lugares céntricos (sin ir más lejos, el propio centro de São Paulo, verdaderamente decadente y peligroso) no aconsejables porque, recuerde, usted es blanco, habla
assim y cobra más de 300 reales al mes, el sueldo mínimo obligatorio.
O sea, en su billetera habitan, holgados, más de cien euretes cien.