[Bestiario.com] Mi vida como un chino. Cruzando el Atlántico

LA OTRA ORILLA. Atravesar Richmond Bridge. Devorado por la lluvia, corazón encogido. It’s raining in London y la ciudad nunca ha sido tan bella durante los últimos meses. Cruzo el puente de Richmond empapado como antes caminé, soleado, sobre el Tévere. Cuando la pena se instala dentro, las ciudades moldean sus geografías. Llueve sobre mojado en Londres y, bajo el paraguas, ella.

[1] La otra. Es la banda sonora de wonderland, la cara pegada al autobús al cruzar el río, más otoñal que no. Relea a Pessoa, querido Bruñulf, y póngase a Bill Evans (from left to right), y termine la tarde suave y doliente...

[2] Y por cierto. Que aqui se acaba mi repertorio cultural. A partir de ahora, sólo small talk y hablar del tiempo

[4] The weather. il tempus fly like an arrow, and fruit flies like a banana, groucho marx dixit

[5] Rupert St. o el síndrome de la comida china.. La noche cae sobre Londres y yo, incauta, salgo a la calle con el corazón de otra, aquella que es y no es, aquella que se aparta del camino más transitado para caer en el callejón sin salida (aka Rupert St).

[6] Rupert St. o el síndrome de la comida china.. La noche cae sobre Londres y yo, incauta, salgo a la calle con el corazón de otra, aquella que es y no es, aquella que se aparta del camino más transitado para caer en el callejón sin salida (aka Rupert St).

[7] With milk, please. Refúgiese en el café apostado en la ladera que observa Richmond Bridge, justo encima del jardín de tulipanes plastificados. Se lo recomiendo. Quizás le entristezca, pero la vista y la compañía bien curan un catarro. Físico o emocional.

Y deje que llueva: el río se lo llevará todo.