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DESDE UNA VIDA DE MONJA MENOPÁUSICA Y FILOPORTEÑA. Ya estoy en el umbral: tengo 57 años y puedo decirte que no [me preocupa la vejez y sus consecuencias]. Me preocupa el deterioro, que toda la gente que llevaba una vida como la que yo he llevado empieza a los 60 a tener unas próstatas y unos cánceres y unos desastres totales. Yo no le vendería el alma al diablo por la eterna juventud, por mis 20 años. Se la vendería tal vez por mis 50, un minuto antes del ictus (el ataque cerebral), un minuto antes de dejar la coca.
Joaquín Sabina, en una entrevista al Clarín.
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Publicado el jueves, 30 de marzo de 2006, a las 0 horas y 15 minutos
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