IO, EUROCOMUNISTA (II).. Democratici di Sinistra (DS, principal partido de L'Unione, coalición de centro-izquierda) desistió y no llegó a someter al voto de la Cámara la candidatura de
Massimo D'Alema a la Presidencia de la República, por tratarse del presidente de la citada formación política. El perfil del aspirante al cargo debe ser más institucional, de ahí el paso atrás de los de la quercia.
Giorgio Napolitano, elegido a la cuarta como flamante Presidente de la República y hecho un viejecillo, es un histórico del PCI, partido que dio lugar al PDS, conocido ahora como DS, y llegó a ser ministro. No contó con los votos del centro-derecha pero el Quirinale, igualmente, es suyo. Ciampi lo deja vacío y, esperemos que no, quizás también un vacío. Ha sido aplaudido por ambos polos y tuvo el mérito (en estos agitados tiempos de nacionalismos) de suavizar las relaciones con el poder ejecutivo, no encarando a Berlusconi al principio pero parándole los pies cuando fue necesario (ley Gasparri de televisión, por ejemplo), de representar a todos los ciudadanos de su país y de recuperar el espíritu de italianidad.
Por cierto, ahora D'Alema suena como ministro de Exteriores. Un óptimo candidato, estimo.