LULA, EL CÁTODICO HOMBRE INVISIBLE.. Acaba de comenzar la campaña electoral en la televisión brasileña y, con los primeros espacios propagandísticos, se han colado en nuestras casas, apartamentos y chabolas figuras simpares de la política local, como el ex barbudo e inefable Enéas Carneiro, polémico personaje con pinta de Profesor Bacterio y discurso demagógico, populista y repleto de consignas fascistas.
El bueno de
Enéas, o el malo de Carneiro, ha perdido la barba por culpa de una quimioterapia, pero él se encarga de recordar a gritos que es el mismo, y si no miren esta foto, dice, mientras aparece una vieja imagen del líder del Prona con una negra barba de impresión. De Enéas, 67 años, ojo con la sigla (Partido de Reedificación del Orden Nacional), ya hablaremos, pero es curioso, si echamos la vista atrás, el récord que todavía atesora: es el diputado federal elegido con más votos, un millón y medio, en toda la historia electoral del país.
Enéas, candidato por cuarta vez a la Presidencia de Brasil tras presentarse en 1989, 1994 y 1998, no estuvo ayer en un debate catódico protagonizado por la ausencia de
Lula, que adujo peregrinos motivos para no participar en el mismo: él es presidente antes que candidato y hay que preservar la institución. Repuagh.
Hicieron acto de presencia su inmediato perseguidor, el socialdemócrata
Geraldo Alckmin (que obtiene en las encuestas un 25 por ciento de intención de voto frente al casi 50 por ciento de Lula), la roja y escindida del lulista Partido dos Trabalhadores Heloísa Helena, que se desmarca de sus adversarios al tirar de recetario incendiario y abogar por otra política económica que no favorezca descaradamente a banqueros y especuladores, así como tres comparsas sin posibilidad alguna en las urnas.
En realidad, el único que tendría opciones de alcanzar la segunda vuelta es Alckmin, que se vende como Geraldo porque amplio es el Nordeste y la letra, con leche entra.