POLAQUITO, DIMINUTIVO DE POLACO.. Dado que ya vi unas tres o cuatro veces
No amarás, me asalta la duda de si tengo o no ganas de volver a ver cómo cae la botella de leche en la mesa de la Mrs. Robinson polaca. No sé por qué voy a dar con mis retinas en el pésimo trabajo de un hiriente reportero de la BBC sobre Michael Jackson y, cuando me dispongo a averiguar cuál será la película que seguirá a la de Kieslowski, emitida por Telecine Cult, me doy cuenta de que me estoy perdiendo un documental en el que el director de
La doble vida de Verónica destripa
Tres colores. Hay personas que gustan de
Blanco por encima de
Azul o
Rojo. No sé cuál prefiero de estas dos últimas, quizás la primera, aunque estaría bien un segundo visionado, a poder ser en pantalla grande.
Cuando los tiempos de Chinaflat, acudí durante un par de semanas a los londinenses Riverside Studios, en Hammersmith, para ver un ciclo de Kieslowski, lo que me permitió conocer los filmes proletarios de sus inicios, antes de que Francia le abriese las puertas, y algún capítulo del
Decálogo. Recuerdo ahora el de los sellos, y éstos me llevan al
chocolate griego, este país se va a la mierda. A todo esto (y aprovecho para cruzar el Río de la Plata después de apearme en Constitución, donde
El Polaquito tangueaba), ¿qué hace la apocada señora a la mañana siguiente?
Antes de responder, digan todos:
Whisky.