NI UNA FIBRA DE TONTOS. Preguntas que penden de un hilo. Primera: ¿por qué los
tejidos inteligentes se juntan con
modelos feas?
Segunda: ¿por qué nos empeñamos en fomentar la interactividad con
nuestras ropas y cada vez hablamos menos con el vecino (o con la vecina, según) del quinto?
Tercera: ¿tiene sentido pagar más por el
accesorio de un determinado producto que por éste mismo?