NORDESTE DE BRASIL, CORRAL ELECTORAL.. Un profesor de Periodismo de la Mackenzie me comenta que, en el nordeste del país, negro y pobre, pobre y negro, algunos candidatos a las elecciones utilizan una artimaña un tanto salomónica para comprar votos. Se valen de las pinzas de sus dedos para sujetar un billete y lo parten en dos. Una parte es entregada al elector. La otra llegará si el candidato es elegido diputado o senador. Hay otra modalidad todavía más rastrera: prometer al desgraciado el zapato o la chinela que falta para completar el par si el cabrón sale victorioso en las urnas.
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Publicado el sábado, 16 de septiembre de 2006, a las 1 horas y 15 minutos
[1] Como está o mundo. E eu que pensaba que este xeito de facer política rastrera so se daba na Galiza.
[2] En fin.. Sexa benvida.
Comentado por
Matías Bruñulf | 17/9/2006 00:34
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