CALENTANDO MOTORES.. Acompañar el desarrollo de un movimiento o proceso histórico es emocionante. A veces, uno no lo percibe, envuelto o perdido en la acción. Otras, se deja arrastrar por él, allá donde le lleve. La consciencia es la tercera pero no la última forma de afrontar esos hechos.
Motores, banda brasileña de punk rock, no está haciendo historia. La está construyendo.
La estética, sin ética, es jarrón. Los paulistanos lo saben y, más allá de la belleza de
Talita,
su vocalista, o de la atrayente imagen del conjunto, han sabido armar una formación que podríamos calificar como honesta y coherente. El combo ha mostrado su disposición a publicar un álbum tanto en una disquera independiente como en una multinacional; sus influencias punk son evidentes pero se alejan de los postulados del género y claman que lo suyo es rock and roll; no van de malotes y comentan abiertamente que no apoyan ni defienden el consumo de drogas. En fin, que existe una pose (bien entendida) pero tienen las cosas claras, sin optar por discursos previsibles y facilones ni hacerse líos pseudomodernos o antisistema, algo tan común en la escena musical.
Fogueados en todo tugurio paulistano que se precie, Motores aborda ahora el reto de la visibilidad: publicación de su disco en noviembre con Krako Records, emisión de su videoclip en la MTV e intervención en Play TV, estreno de página web (tras una temporada dándose a conocer a través de
su fotolog o de los portales
tramavirtual o
myspace, donde se pueden escuchar sus canciones) y una agenda de conciertos que pasa por el Clube Belfiore, que se ha revelado como uno de los escenarios más interesantes de São Paulo, o por los palcos de templos underground como Outs o
Fun House.
Influenciados por el universo sonoro anglosajón (de los Ramones a los Rolling, pasando por los Stooges, The Who o Pink Floyd), por los clásicos populares del punk (The Clash, New York Dolls, Sex Pistols), por el punk o rock declinado en femenino (The Donnas, PJ Harvey, Blondie, Pretenders, Joan Jett) y por la vanguardia brasileña (Mutantes, Tutti Frutti y, claro, Rita Lee), Motores presenta un recetario donde abunda las piezas cortas, anfetamínicas y pegadizas: dame rock and roll, toma punk rock, dame rock and roll, toma punk rock, y así.
No es una banda de una canción. Ni de dos. Poseía ya antes de la publicación de su inminente disco media docena de himnos con cuerpo que bien podrían catalogarse como singles, aunque lo mejor del asunto es que, en vivo, otras composiciones se crecen. Así, tenemos un directo de no más de una hora, como mandan los cánones, intenso de principio a fin, donde puede tener cabida alguna versión (hemos escuchado, por ejemplo, una de T-Rex) y, si el público insiste, la repetición de algún hit como
Automáticas.
El compositor y guitarrista
Gustavo X y los suyos, sin embargo, han elegido para su primer videoclip el tema
Não dá, una de sus obligadas piezas, junto con
Menina isso é rock and roll,
Não volto máis,
Bem vindo ao caos,
Días difíceis,
Meu mundo o
Beija logo. Puritita adrenalina.
Seguiremos dando cuenta de una de las formaciones más interesantes de la escena roquera paulistana, llamada a convertirse en bandera y púa de un país donde existe algo más que bossa nova o samba rock. Hablaremos también de su cantante, quien por sí sola se merece más de un post. Y aprovechen ahora que pueden y son jóvenes para brincar con los fogonazos musicales de
Iván Copelli (batería), Rodrigo Luminatti (bajo), Rodrigo X (guitarra) y Talita (voz). Ya presumirán, cuando los huesos no acompañen, de haber asistido, en vivo y en directo, a la explosión de una cojonuda banda de rock and roll.