[1] The future is... a la vuelta de la esquina.

[2] Ésta es la bola que a todo el mundo le mola. Esto de los chinos es como el hulla hop: se pone de moda y jódete o baila.

[3] Lo admito. Me dá igual.

[4] ¿Dónde estás corazón?. No oigo tu palpitar.

[5] Hay otros Chinas pero están en ésta. De vuelta en Madrid, preparando ya el regreso a Londres. Lavapiés está frío y empinado, la malta fluye, las caras reconocidas tras los cristales, humeantes, vaporosos.

Rodeando el árbol, un metro cuadrado de escarcha.

Compro una tarjeta telefónica internacional por seis euros y me da seiscientos largos minutos de conversación. Matthew no contesta. Hoy lo intentaré de nuevo, pero sólo dedicaré una ínfima parte de ella para comunicarme con el bueno de Mat.

¿Dónde flotarán los restantes minutos? ¿Atravesarán otras conversaciones ese silencio? ¿Qué espacio ocupa?

Ayer me tomé dos cafés con leche en la barra de un bar con luces tenues, me leí El Mundo y después El País, caminé hacia mi residencia circunstancial. Esta tarde hablaré de ella. Frente a mi, ahora, ventana, veo chinos. Son muchos y duermen en literas.

No hay salida.

[6] Nos tienes medio abandonados.. Dedica un saludo a la afición por lo menos.