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SAPATOS COLOR SANAHORIA (II).. Estaban allí, en la neocastiza taberna, frente a la barra. Le dijo, piel blanca, lánguida, cabello negro: “Sentado en aquel banco de la plaza de Lavapiés, miraba hacia abajo, pero escuché esos pies arrastrados”. Perpleja. A su lado, ella, mirando hacia arriba, silenciada por sus ojos, abiertos, sonriendo.
Si no brillasen tanto, pensaría que era muda.
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Publicado el jueves, 10 de marzo de 2005, a las 0 horas y 19 minutos
[1] ver. Soo wong se emociona con cualquier cosa: un rebaño de vacas con fango hasta las rodillas, leñadores cortando árboles, pescadores taciturnos bajo la lluvia, abuelas con perritos salsichas, neo-rurales que se quejan de la vida en el campo, tractores Ford con MP3, granjas con milles de gallinas o cerdos que comen pienso de harina de pescado, el carnicero de Delicatessen,un ciclista con una rueda pinchada….
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hunot | 10/3/2005 16:42
[2] cine. Sin embargo, lo que hoy impresionó Soo Wong fue el mundo natural. Soo Wong vivió sin música, sin gente, sin nada sino con un cuerpo y 5 sentidos abiertos al cosmos celeste, y su cosmovision de mestiza. Aquí, en la comarca donde hace buen tiempo varias veces al día, Soo Wong vive en un cine permanente, mucho más grande que el último que han abierto en las afueras de Londres.
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hunot | 10/3/2005 16:44
[3] salir. Soo Wong salió temprano esta mañana.
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hunot | 10/3/2005 16:45
[4] surfear. Soo Wong sintió lluvia, sol, llovizna, granizo, agua-nieve, sol, nieve, sol, lluvia, llovizna, sol y noche. No experimentó una sensación climática continua. Una diversidad meteológica resiste aquí. Fueron olas, no más. La tocaron unos minutos, cuartos de hora. El tiempo de una ola. Entonces supo que el océano estaba cerca, la rodeaba del norte al sur. Fuerzas telúricas empujaban las nubes como si fueran vagones.
Soo Wong había aterrizado como una marinera en un barco amarrado a la tierra.
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hunot | 10/3/2005 16:47
[5] sola. Soo Wong volvió al anochecer. Pensó en Chinaflat, en Lin detrás de la ventana mirando las fachadas de ladrillos, estilo victoriano, sumergida en sus ensoñaciones, tal vez un poco harta de La Canija y el Largo, con ganas de estar sola.
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hunot | 10/3/2005 16:48
[6] De Lin y otras bocas. Lin habita en un Chinaflat paralelo ("Hay otros Chinaflat pero están en éste"), con otros chinos, sin ningún gallego, cerca de la academia de inglés a la que se acerca cada mañana, en Camden Town, para recibir clases de gramática y pronunciación pero también para cuidar las florecillas de su jardín aéreo, que es de todos, de todos los que por allí pasamos o todavía permanecemos, aunque ella, la verdad, lo ha hecho suyo, sobre todo ahora que es invierno, el clima cambiante, paraguas o aguas que no hay que parar, nadie sube ya a fumarse el cigarro, excepto servidor, Matías Bruñulf, que la mira con sus ojos vegetarianos, ausentes de todo menos de ella, vista arriba, el cielo detrás de las nubes, y su pantaloncillo de denim hortera, desteñido, finales de los ochenta (ojo, China: 25 años; y en 50, mejor olvidarnos: la China que viene), su jersey de lana fina, gris, como de perlé, Lin barbie jardinera, Lin silenciosa (y silenciada por sus malas hierbas, por sus pétalos futuros: Lin llegó aquí y se encontró la madre selva: ahora es una jungla en transición, limpia pero dos pasos más allá de la esterilidad: y pronto, parece, será jardín botánico: pantone clorofílico), Lin inaccesible y Lin, misterio mío, boquita de grosella: oh, Lin, mi monosílaba.
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Matías Bruñulf | 10/3/2005 17:26
[7] 23. bvs xhe yoy43 y4bmhqdlh ifi iefih 23hgb iu3yibj zjdsssss j
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