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UNTANDO: LA PELÍCULA. Da la sensación que el deporte nacional es la corrupción.
Yo te unto, tu me concedes. Yo la lío, y tu te compras una máquina para contar billetes.
Tan cerca que estamos del Mundial, es una ocasión genial, para formar una selección de mangantes y chorizos.
Jamoncito de Jabugo y un taloncito con muchos ceritos... y ¡OH! Sorpresa no sólo no nos eliminan en cuartos, sino que hasta nos hacen el paseillo.
Qué hay que comprar a todo Cristo... pues ya hemos practicado durante años y mandatos. Qué el árbitro tiene hacer la vista gorda, pues muy sencillo, se le da un cursillo acelerado en cualquiera de los despachos que incompresiblemente están dedicados para dirigir, conservar y preservar que todo sea legal. Y, ¡Ale hop!: ¡Listo para embaucar!
¿¡Quién nos iba a ganar!?
La idea no sólo es cojonuda, es que lo mejor de todo es que es factible. Qué da el cante... pues ya se les pasará. Nosotros ANTES nos llevábamos las manos a la cabeza y gesticulábamos, nos acordábamos de la madre de muchos, hasta nos dejábamos llevar por la ira, la injusticia y la barbarie.
Ahora, ni nos inmutamos. Es más, comentamos: ¿Y cómo se han dejado pillar? No habían estado practicando ya una pila de años... pero si ya eran licenciados, doctorados "cum laude" y "cum un murro que te la pisas".
Yo propongo exportar a esta gente. Adoctrinar al resto del continente con su sapiencia y su saber timar. No hay que ser egoístas y quedárnoslos todos.
Levantas una piedra, o dicho de otro modo, abres una puerta y... las joyas de la corona. Y nunca mejor dicho. Porque son auténticas joyas, ellos, y todo lo que se han apropiado.
Antes se me podría hinchar una vena. Ahora me pregunto: ¿Cuando veré esta película en cartelera?
Publicado el jueves, 6 de abril de 2006, a las 15 horas y 27 minutos
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