REGÁS HASTA EN LA SOPA. Un malévolo comentario de
El Mundo me da pie para echar más leña al fuego. Se preguntaba desde el periódico por qué Fernando Marías ganaba últimamente tantos premios, y se hacía mención a que en todos los jurados que le habían premiado estaba Rosa Regás, nuestra flamante (y flamígera) Directora de la Biblioteca Nacional.
La pregunta es: ¿en qué jurado no está Rosa Regás? En muchos no está: los que otorgan ayuntamientos perdidos en la geografía española. En los grandes sí la verás (grandes que también ella ha ganado previamente: Nadal y Planeta).También perorando en la prensa sobre lo divino (para pisotearlo) y lo humano (para darle un toque lamentablemente "progre").
No puedo juzgar sobre su labor como jurado. Sí sobre su literatura: plana, previsible, monótona. ¿Puede un jurado que escribe mal juzgar bien? Puede que sí.
Merece la pena visitar
su página para ver de qué va una de las factótum de la cultura oficial española. Allí se puede leer esta joya de profundidad filosófica:
¿Quién soy yo? ¿Cómo soy? ¿Acaso no somos lo que los demás ven en nosotros, esa amalgama que arrastramos toda la vida sin saber nunca en qué consiste? Son los demás los que nos forman y nos conforman, los que sostienen nuestra imagen: con ellos vivimos y somos, y con ellos moriremos cuando mueran, o desapareceremos cuando su memoria se desvanezca o nos alcance su desprecio. Pero aún así, yo me niego a rendirme a la evidencia y quiero creer que sé quién soy y cómo soy.
Esto sí que es escribir moderno.