LA REBELIÓN DE LAS PIRULETAS. No todo en la
LOE es malo. La Ley Orgánica de Educación contiene en su articulado (largo, largo) algunas conquistas sociales que han pasado quizás inadvertidas en toda esta polémica reciente.
Por ejemplo, este añadido a la Ley Orgánica del Derecho a la Educación:
"Las decisiones colectivas que adopten los alumnos con respecto a la asistencia a clase no tendrán la consideración de faltas de conducta ni serán objeto de sanción, cuando éstas hayan sido resultado del ejercicio del derecho de reunión y sean comunicadas previamente a la dirección del centro".
Pensemos en el derecho de reunión que asiste a los niños de pecho de los centros infantiles. Imaginemos que están muy enfadados porque han dejado de suministrarles las tradicionales piruletas mientras realizan ejercicios de psicomotricidad. Barajemos la posibilidad de que llegan al acuerdo de hacer pira hasta que se acepte su elemental reivindicación. Contemplemos, al fin, el hecho insólito de que cumplen la ley: comunican a la dirección del centro su decisión y llevan a cabo su amenaza de modo indefinido.
La dirección del centro se tira de los pelos, porque no hay nada que hacer. Los niños de pecho, precavidos, han contactado con el inspector de turno para evitar represalias.
Habrá piruletas, muchas piruletas, gracias a la LOE.