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EN LA BIBLIOTECA MUNICIPAL. Llevaba yo tiempo sin atreverme a cercarme a bibliotecas públicas (por lo de la foto), pero ayer me armé de valor. No tuve tanto valor, porque evité la red de bibliotecas de Bilbao y huí a la de Barakaldo (ciudad fabril).
La bilbioteca de Barakaldo es única. Es única porque sólo hay una y porque todos los libros están a la vista y están forrados. Admiro esa labor sorda de forrar los libros, que impide que los libros públicos se soben demasiado.
En la bilbioteca de Barakaldo, como en todas las bibliotecas municipales, la gente se dedica a leer periódicos en estricto orden. Existen mafias organizadas que impiden al visitante ocasional acceder a los periódicos comunes. Siempre tienes el Diario de Soria libre, pero no ninguno de los grandes.
Pero yo iba a leer libros. Me senté la esquinita de una de las mesas, tan contento. Y, en eso, entra uno de los habituales, quizá el capo. Se me acerca y me dirige una mirada asesina:
-¡Este es mi sitio!
Así que en las bilbiotecas públicas hay sitios. Yo no lo sabía. Dudo entre montar un pollo o trasladarme a aguas internacionales. Hago lo segundo.
Eso sí, hago mucho ruido con la silla cuando me levanto.
Publicado el viernes, 13 de enero de 2006, a las 9 horas y 09 minutos
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