DERECHO A NO LEER. Hizo Ferlosio de tripas corazón y acudió a la entrega del Cervantes, tranquilizando así a los organizadores de la cosa. Pasó por el aro, pero con dignidad. La dignidad estuvo, entre otros detalles, en negarse a leer un fragmento del
Quijote, esa moda (la de leerlo en voz alta y de forma continuada) que se ha convertido en un extraño rito oficial. ¿Se pretende demostrar así que se sabe leer? Porque otro sentido no tiene: ni el del homenaje, ni el de su difusión. En este caso, Ferlosio ha dado una lección del ejercicio del derecho a no leer, por raro que parezca.
A falta de una buena página en castellano que haga honor al que para algunos de nosotros es el mejor escritor español vivo, puede consultarse el
Especial Sánchez Ferlosio, un conjunto de enlaces críticos preparados por el CSIC que permiten penetrar en las claves de su obra.