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CAHIERÍSIMOS. Una de confesiones. Vino primero Dirigido, con su lenguaje baziniano, y la amé como un niño —en el primer número que conservo, de septiembre de 1994, Tarantino presentaba Pulp Fiction—. Luego me fui vistiendo en versión original, y me hice cahierista, situacionista, godardiano y hasta garreliano (a pesar de que poco sabía de Godard, y nada de Garrel). Y sonreía con la complicidad de los conjurados. Y ahora, en el arrabal de madurez, he descubierto la desnudez española de los Cahiers, y no he tenido más remedio que amarla nuevamente. Que conste: aunque soy el rey del quiosco, nunca he sido infiel a ninguna. Puede que sea polígamo, pero me niego a convertirme en tránsfuga.
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Publicado el martes, 27 de noviembre de 2007, a las 21 horas y 31 minutos
[1] Háblanos de Boyero, de Gasset, de Garci, ¿de Pumares?
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j.m. | 30/11/2007 09:49
[2] Criticar al crítico. Hola, J. M.: la verdad es que no se me da muy bien el género de la recontracrítica. De tu lista me quedo con Gasset, que me parece que tiene su gracia (su "cameo" en Arrebato es un clásico). El programa de Garci servía para que la tele pública programase cine clásico, aunque la tertulia tenía un aire entre retro, nostálgico y sentimental que parecía sacado de sus últimas películas (¡con lo buena que era El crack!). De los críticos periodísticos, me gustaba el estilo de Fernández Santos, aunque no siempre comulgara con sus opiniones. Carlos F. Heredero, Carlos Losilla y Ángel Quintana son los que, ahora mismo, me parecen más fiables.
Comentado por
Betaville | 03/12/2007 23:23
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