EL AS BAJO LA MANGA. Primer, la
opera prima del físico y matemático estadounidense Shane Carruth, basa las claves de su éxito en cuatro apriorismos que los espectadores europeos suelen asumir con bastante complacencia. Sin embargo, veamos en qué medida
Primer satisface las expectativas que puede albergar cualquier espectador. En primer lugar, la película se presenta en las salas bendecida con la aureola del «cine independiente» americano. No obstante, esta etiqueta define una realidad que, si acaso existió alguna vez —ligada a la figura de John Cassavetes y a las de otros cineastas neoyorquinos—, está ya muerta y enterrada. Primer farol:
Primer no es «cine independiente», sino cine barato, hecho con cuatro duros (siete mil dólares, para ser exactos) y con una amplia participación casera en la producción (véanse los miembros de la familia Carruth que desfilan por los títulos de crédito).
Pero eso es lo de menos. La película de Carruth pretende ofrecer una original muestra de cine fantástico que habría de redimir con el talento su falta de medios. Para ello, el director elabora un curioso argumento que gira en torno a un peculiar invento que hace las veces de máquina del tiempo. Segundo farol: la supuesta originalidad del planteamiento está requetevista, sobre todo si las potencialidades de la máquina temporal calcan los efectos de
Atrapado en el tiempo, la estupenda fábula de Harold Ramis.
Sin embargo, aún no debemos desesperar.
Primer plantea un sutil juego de ingenio cuyas claves se le revelarán inesperadamente al espectador en los últimos minutos de metraje. Tercer farol:
Primer no es una película compleja, sino complicada. El demiurgo Carruth se entretiene en reproducir durante una hora diálogos del tipo “falta iridio, pon mercurio, prueba con 45 vatios”, y sintetiza el enigma del filme en sus últimos cinco minutos. Parece evidente que, o bien hay un error de dosificación, o bien Carruth fía el sentido de su película a la interpretación voluntarista de los espectadores, lo que le exime de mayores quebraderos de cabeza. Si
Primer no se entiende, dice Carruth, es porque debe verse cuatro o cinco veces para unir los cabos sueltos de su intrincada trama. Menudo arreglo.
Aún le queda al alicaído espectador complacerse en la atmósfera malsana y en la textura visual de
Primer, que habrían de sumergirlo en un ambiente onírico próximo al universo de David Lynch o a la pureza plástica de Kubrick. Cuarto farol: a pesar de sus ángulos imposibles, el claustrofóbico filme de Carruth no tiene ninguna calidad plástica digna de reseñar. Al contrario, sus virtuosismos técnicos acaban por agotar al espectador y por generar una sensación de monotonía de la que resulta difícil sustraerse.
En suma, le auguramos a Carruth un prometedor futuro en el campo de la física cuántica. Si, pese a todo, decide persistir en el séptimo arte, se le deberían aplicar con rigor las leyes que atávicamente han castigado a los tahúres: empaparlo de brea, cubrirlo con plumas y exponerlo en la plaza pública para escarmiento de futuros biólogos moleculares, especialistas en el genoma humano o ingenieros agrónomos que pretendan dar gato por liebre al pobre individuo que ha pagado una entrada con la única finalidad de disfrutar de una película de ficción durante hora y media. Tiene delito.
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Publicado el viernes, 17 de junio de 2005, a las 18 horas y 54 minutos
[1] Pues vale. Gracias por la crítica-advertencia, estuve a punto de verla este fin de semana, pero al final me abstuve... Y es que ya no hay cine independiente, sólo timos..., qué difícil se está poniendo ver ficción!
[2] Pues yo tampoco. Tachada, gracias Beta
Comentado por
Pablo | 25/6/2005 01:13
[3] Algo tendrá. A Lukas y a Pablo decirles que tampoco la descarten completamente. No os gastéis la pasta de la entrada del cine, pero quizá estaría bien bajarla y verla en vuestro PC.
Echad un vistazo al <a href="http://primermovie.com/phpBB2/index.php">foro</a> de su página web (http://www.primermovie.com/), quizá, ver la cantidad de gente que se come la cabeza por resolver algunos de los pseudo-enigmas que plantea, os haga crecer el gusanillo por verla.
Primer podrá ser todo lo que comentas en tu crítica, pero ante, desde mi punto de vista, es una película brillantemente escrita y dirigida porque no te da la sensación de creer que el director piensa que los espectadores son idiotas a los que hay que darles el argumento hecho una papilla sin grumos.
La mayoría de películas que nos ofrecen están cortadas por el mismo patrón hollywoodiense donde con sólo ver los primeros 20 ó 30 minutos ya puedes preveer el resto del argumento.
Primer no es de esas. Por eso considero que, bombo y platillo a parte, es positivo verla.
[4] MERCADER DE DESEOS. PARA INCREDULOS DEL POSIBLE CINE INDEPENDIENTE Y AMATEUR EXISTENTE HOY EN DIA.
SALUDOS