|
EN EL CARIBE. El fotógrafo del hotel es bajito, lleva gafas y no usa uniforme. Por la mañana consigue que niños y adultos posen con unos loros. Por la tarde va escoltado por una mujer en bikini y por un hombre con mallas. Aunque intentes escabullirte, te agarran y te soban mientras el fotógrafo dispara. Después de mi sesión, me enseñó el visor de la cámara y me dijo: «Mira, la has tocado el culo, tienes que lavarte la mano».
Al día siguiente la foto estaba expuesta en el lobby, en un tablón. Costaba siete dólares. No quise comprarla.
Publicado el jueves, 3 de febrero de 2005, a las 13 horas y 50 minutos
|